En octubre de 1930, unos pescadores de la costa del río de la Plata, en Atalaya, partido de Magdalena, cerca de La Plata, obtuvieron un buen ejemplar de la especie que nos ocupa y que ellos reputaron como raro; decían que su presencia se debía a "que las aguas estaban revueltas" por las grandes tormentas de días anteriores. Esta creencia se debe a que, realmente, las tempestades en la desembocadura del río de la Plata suelen hacer llegar a la costa de Atalaya ciertos peces marinos, como la corvina blanca, Micropogon opercularis. Pero, en el caso de este cíclido, su cabeza deprimida y sus labios tan gruesos motivan que se le llame vulgarmente "chanchito"; y como posee una sola aleta dorsal larga, los pescadores piensan que se trata de otro "chanchito", semejante al propiamente marino, el Pinguipes Jascialus, de una familia muy diferente: Estudiado en fresco, motivó una revisión del resto de nuestro material.