En las instalaciones inmersivas e interactivas se plantea una relación con el espacio/tiempo real y el virtual mediado por el concepto y la fundón de interactividad con la máquina y con otros individuos reales o artificiales. La interactividad tiene por objetivo permitir la experimentación sensorial y especialmente cognitiva de un mundo virtual emergente, es decir nuevo, inédito, que inclusive es aún más nuevo cuando se libra al azar de la interacción de los usuarios ya la multiplicidad en la interpretación que esto conlleva. Se basa en el concepto de emergencia, como lo que es generado o creado. La interactividad supone la emergencia de algo no dependiente ya de la intuición, del gesto de la mano como en la representación: la pintura, la escultura, el dibujo, inclusive la fotografía o el cine, sino de una relativa independencia de lo creado por quien lo genera (habitualmente el ser humano); se trata en cambio de heurísticas.