No existen, sin dudas, ni un modo específico, ni un interés único para aproximarse a lo cinematográfico. En tal sentido, sería difícil demarcar un enfoque y señalarlo como aquel cuya pertinencia, desafiando a lo diverso, pueda arrogarse el dominio del saber -de un supuesto verdadero saber- sobre el universo cinematográfico. No obstante, podemos preguntarnos si cualquier modalidad, si todo procedimiento, es igualmente adecuado a la hora de convocar nuestra atención con la promesa de hablar de cine. Dicho de otro modo, la pregunta se refiere a si todo enfoque establece con el cine la relación que promete establecer.