La cultura política comprende las ideas, valores y hábitos de individuos y grupos referidos al proceso político, sus actores e instituciones. El renovado interés por su estudio coincide con la historia reciente de expansión de la democracia: desde mediados de la década de los setenta, alrededor de ochenta países adoptaron esa forma de gobierno en un lapso de veinticinco años. En estas sociedades, como la argentina y la mayoría de las latinoamericanas, una cultura política democrática parece ser esencial para la persistencia y la calidad del sistema, tanto como pueden serlo las cuestiones económicas e institucionales.
El potencial transformador de esas nuevas experiencias democráticas no oculta los problemas que, como vemos en América Latina, afrontan muchas de ellas para responder a las expectativas creadas con su instauración. El establecimiento de una democracia electoral no abre el paso automáticamente a instituciones efectivas, que den respuesta a las demandas y preferencias de la gente y actúen eficazmente para solucionar los problemas del país. Es en la estabilidad, profundidad y efectividad de la democracia, más allá del periódico ejercicio electoral, donde la cultura política cumple un rol prominente.
El libro se divide en dos partes. La primera aborda las cuestiones teóricas generales. El Capítulo 1 repasa el fenómeno de expansión global de la democracia que tuvo lugar desde mediados de los años setenta, así como los aportes y limitaciones de los modelos utilizados en su análisis, para finalizar con un balance de más de un cuarto de siglo de democracia en la Argentina. El Capítulo 2 se ocupa de los enfoques teóricos para el estudio de la cultura política. Examina el origen y evolución del concepto y las principales hipótesis y teorías sobre las que se apoya la investigación.
La segunda parte trata, sobre una base empírica, algunos de los temas más importantes de la cultura política argentina. El Capítulo 3 pone brevemente en perspectiva histórica la experiencia iniciada en 1983. A partir del Capítulo 4, que enfoca la cuestión del apoyo a la democracia y la evaluación de su desempeño por parte de los argentinos, se recurre a datos proporcionados por conocidas encuestas transnacionales para cubrir el periodo que se extiende desde la recuperación de la democracia hasta la actualidad. Los análisis se fundan en procesamientos propios de las bases de datos oficiales de la Encuesta Mundial de Valores y, de manera complementaria, en los sucesivos informes de Latinobarómetro. Junto a los estudios descriptivos y a las técnicas tradicionales de análisis multivariado, se construyen modelos de regresión para indagar los nexos causales sobre algunos de los principales fenómenos abordados. El Capítulo 5 describe e interpreta la crisis de confianza en las instituciones políticas, mientras que el Capítulo 6 hace lo propio con la evolución del interés por la política desde la restauración democrática. La participación en organizaciones voluntarias y la confianza interpersonal se hallan entre los principales componentes del capital social de los argentinos sobre los que profundiza el Capítulo 7. Éste explora los factores causales relacionados con la inserción en asociaciones civiles, la confianza generalizada y el activismo político no convencional.
El Capítulo 8 constituye una aproximación al estudio de las diferencias regionales de cultura política en el país. Presenta los resultados generales de la Encuesta Comunicación y Cultura Política en el Gran La Plata, dirigida por el autor a mediados de 2008, y los compara con las características del contexto nacional y de algunas grandes subdivisiones de la sociedad argentina que surgen de las encuestas internacionales. El Epílogo ofrece una visión sumaria de los hallazgos y conclusiones obtenidos.