Las nuevas tecnologías de la información y comunicación han generado importantes cambios en el campo audiovisual. Observando en particular los discursos audiovisuales ficcionales en sus formulaciones hipermedia, se constata una clara disposición a la convergencia de formas que comparten el mismo espacio y tiempo narrativo. La interactividad implicaría un re-posicionamiento del espectador, del tradicional lector de texto audiovisual, el acceso aleatorio estaría facilitando la posibilidad de realizar, de plasmar en una estructura narrativa concreta, ese jardín borgiano de senderos bifurcados. A nivel relato estas nuevas formas permitirían acceder a distintos rizomas narrativos, ramificando y produciendo otros comienzos y finales.
El rol de un nuevo espectador optador es determinante, un espectador habilitado no solo para decidir distintos argumentos, sino además para determinar espacios y tiempos de la ficción. Esta delegación que se produce desde el autor hacia el espectador implica necesariamente ciertas renovaciones en los conceptos y formas de narratividad.
Por otro lado, a diferencia de la interactividad, la inmersión no es nueva en la ficción audiovisual, la cinematografía la ha tenido desde siempre como uno de sus recursos, así y todo, los últimos desarrollos inmersivos refuerzan y complementan el reposicionamiento del espectador, afectan la mirada de este, su experiencia física, sensorial y simbólica.