Movilizaciones realizadas por organismos de Derechos Humanos, piquetes, cacerolazos y asambleas barriales son algunas de las formas que, en los últimos años, adoptó la protesta social en la Argentina. Su intensidad creciente, puesta de manifiesto en diversos acontecimientos, la ha colocado en el centro de la atención no sólo nacional sino también internacional.
La magnitud de la movilidad popular pone en primer plano la reflexión sobre quiénes son los actores sociales, dónde se realizan las demandas y las razones por las que se efectúan los reclamos. Los distintos tipos de beligerancia, privilegiando los que se articularon desde 1976 en adelante, operan como disparadores para intentar responder parcialmente a estos interrogantes.
Asimismo, se intentará indagar sobre la libertad de expresión y las figuras jurídicas que existen en torno a lo que se ha dado en llamar “la despenalización de la protesta social”.