En el marco de la formación inicial de maestros en la Ciudad de Buenos Aires, puntualmente desde los espacios curriculares asignados a la didáctica de la lengua y la literatura y sus reconfiguraciones recientes –“didáctica de la lectura”, “de la escritura”, de “la reflexión sobre el lenguaje”, “de las Prácticas del Lenguaje”– uno de los problemas que retorna como constante “asignatura pendiente” y que es objeto de múltiples discusiones y posicionamientos diversos, se relaciona con la gramática y su enseñanza. Problemas que no se ciñen solamente a su presencia o no, o al lugar que ocupa en la formación de docentes de primaria un cuerpo conservado de conocimientos –y que ha sido uno de los núcleos sobre los que se ejerció un fuerte embate en los procesos de desestabilización de la disciplina escolar en los últimos veinticinco años–, sino también a los modos en que se asume su tratamiento escolar.