La presencia de la dictadura cívico militar instaurada el 24 de marzo de 1976 promovió a lo largo y ancho del país una política de censura en torno a lo cultural y educativo que se diagramó en sintonía con su política represiva de Terrorismo de Estado. De este modo, se creó un grupo especial encargado de controlar todo tipo de producción científica, cultural, política o artística y, sobre todo, de alcanzar el disciplinamiento social y cultural de la sociedad. La cultura rock argentina, no estuvo ajena a la situación porque fue perseguida, censurada (prohibida) y criticada por la sociedad conservadora que apoyaba y sustentaba al régimen militar. No obstante ello, es necesario remarcar un debate conceptual en relación con la actuación del rock argentino durante el desarrollo del terrorismo estatal y sus posteriores relatos de supervivencia forzosa y resistencia en tiempos democráticos. Este artículo, por tanto, intenta poner el foco en la importancia del uso de ese pasado “resistente” construido durante la instancias democráticas y, sobre todo, hacer hincapié en las complejidades que trae aparejado dicha redimensión de la actitud del rock en la actualidad. Ante esto, si hablamos del quehacer rockero en tiempos dictatoriales ¿Conviene hacerlo en términos de resistencia? ¿Se puede decir que en democracia el rock argentino creó un ideario combativo, activo y de afrenta constante? ¿Se puede señalar que el rock argentino configuró su lirismo en un espacio de disidencia pasiva?