Entendemos la comunicación como todo proceso social de producción de formas simbólicas, considerando tales procesos como fase constitutiva del ser práctico del hombre y del conocimiento práctico que supone este modo de ser. Esta definición de comunicación comprende y trasciende la mera reproducción selectiva y especializada del manejo técnico de ciertos elementos discursivos de un orden socialmente establecido. Es decir, se ubica más allá del manejo técnico instrumental de los medios de comunicación.
Esto es lo que nos permite afirmar que en todos los sentidos posibles y en el marco de la transdiciplinariedad, la comunicación resulta hoy imprescindible para comprender y desentrañar la complejidad de las prácticas que se dan en la realidad social y en las organizaciones.
En otras palabras. Creemos que no es posible analizar hoy las prácticas sociales y de las organizaciones sin contar con el aporte de la comunicación. Pero simultáneamente es imprescindible advertir sobre el riesgo en el que caen otros: interpretar todo desde la comunicación reduciendo la necesaria transdiciplinariedad que exige la mirada y la interpretación de realidades complejas.