Dentro del proceso de diseño de una vivienda, o sea, el proceso de recrear y ordenar físicamente acontecimientos humano-espaciales, hay un momento en que -ya detectados y analizados los componentes del problema- debemos valorar los del contexto (natural o artificial) como condición esencial para plantear alternativas proyectuales que remitan a la conformación y comprensión de un sentido de lugar. Este vínculo profundo entre vivienda y lugar pondera o jerarquiza cuestiones formales, materiales, funcionales y espaciales, presentándolas como "elementos mediadores" de la tensión racional de ésta y el paisaje.