Como bien ha sido reconocido por la crítica, la casa de la calle Canoas en las afueras de Río que Niemeyer construyó para sí mismo en 1953, es un punto de inflexión determinante dentro de su larga producción. Hasta ese momento, sus trabajos se habían caracterizado por un tenso juego de contraposición entre formas orgánicas y geométricas. Algunas de las obras más famosas de esta etapa inicial como el Casino y la Casa de Baile de Pampulha, muestran con claridad este modo de composición: el Restaurante oval contrasta con el bloque cuadrado del Casino en el primer caso, los círculos superpuestos del Salón de Baile se contraponen a la ondulante pasarela que recorre el jardín en el segundo.