El desarrollo de aplicaciones web presenta múltiples problemas: la cantidad y frecuencia de los cambios en los requerimientos, junto con la disponibilidad de tiempos de desarrollo cada vez más cortos son dos de los más significativos. Para contrarrestar estos inconvenientes se han propuesto diferentes metodologías de desarrollo que contemplan las modificaciones y evolución de las aplicaciones de una manera controlada, entre las que se destacan Test Driven Development (una metodología ágil basada en tests de unidad) y Model Driven Architecture. La idea de este trabajo consiste en combinar las fortalezas de ambas metodologías para obtener un proceso de desarrollo de aplicaciones web robusto y con buena capacidad de respuesta ante los cambios, pero que también considere la navegación y presentación de la aplicación en etapas tempranas del desarrollo. La metodología también debe poseer facilidad para establecer requerimientos claros y la capacidad de comprobar la funcionalidad mediante tests en todo momento.