La arquitectura se practica, se enseña y se aprende por lo general, relativamente apartada de lo que se denomina el espíritu científico. En tales actividades predominan frecuentemente concepciones decimonónicas con fundamentos provenientes de L'École des Beaux Arts de París. Todavía se discute, además, si la arquitectura es ciencia o arte, sin que en la definición de ambos términos se perciba suficiente precisión. Hacer arquitectura, pensarla, imaginarla, no es actividad científica. Pero como objeto humano que es, la arquitectura y la ciudad pueden ser estudiados científicamente.