No creo casual que sea La Plata la destinataria de este proyecto largamente gestado y elaborado. Los «hilos» fueron uniéndose desde Venezuela (1978) y Europa, en casi 25 años de mi obligada ausencia. Podríamos decir, sintetizando, que la idea del MACLA se concibió en Venezuela, se gestó en Europa y tomó cuerpo en La Plata, para convertirse en lo que es hoy este valiosísimo y exclusivo patrimonio de obras donadas por los artistas cofundadores, exhibiéndose en el magnífico espacio del Centro Cultural Pasaje Dardo Rocha.
La idea de un museo contemporáneo exclusivamente latinoamericano, nació en Caracas (Venezuela, 1978). Fue en el Primer Encuentro de Artistas Plásticos y Críticos Iberoamericanos. Todos los expositores veíamos que el arte latinoamericano, en cierto modo, carecía de un auténtico museo, que nucleara y mostrara con idoneidad al mundo, la realidad de nuestro hacer, sin estar supeditado sólo a los designios del MOMA (Museo de Arte Contemporáneo de New York, EE.UU.) o a los de Europa (en especial la capital «regidora» del arte hasta hoy: París). Estos centros han sido y son los que disponen del juicio y valoración del arte latinoamericano: la fuerza de la economía, el poder de su política exterior, hacen que también en lo cultural, el resto del mundo esté supeditado a su beneplácito para determinar qué hacer o hacia dónde se debe ir.