Si hay algo que es difícil de evitar, sea por necesidad o por imposibilidad, es la rutina. Si nos remitimos al significado que le atribuye la Real Academia Española:
“costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas. Habilidad que es únicamente producto de la costumbre…”. Dicha rutina puede acecharnos entre nuestros amigos, nuestras familias y en el ámbito laboral. En esta ocasión solo pretendemos relatar una de las tantas estrategias que realizamos como Guías para enriquecer el servicio que ofrece el Museo. En relación a ello, nos propusimos jugar en las salas, mejor dicho con las salas, y convertirlas en un gran juego de mesa, donde los visitantes fueron participantes y nosotros, además de guías, Guardianes del Museo. Pero no nos adelantemos y veamos como comienza nuestra aventura.