No escapan a nuestro criterio las dificultades que implica el tema a desarrollar. Por una parte deberemos incursionar con la libertad que requiere toda investigación moderna en un campo que hasta hace relativamente poco estaba cerrado a toda discusión posible por razones teológicas. Toda discrepancia con los textos canónicos era violentamente resistida y sus sostenedores considerados herejes (tales fueron entre otros los casos de Baruch Spinoza entre los judíos o de Galileo Galilei entre los cristianos). Cabe señalar que aún hoy día la posición en esa materia de sectores importantes sigue inalterada.