En los bosquejos biográficos de personalidades descollantes, que no han sido políticos, militares u hombres de gobierno, suele ser común mostrar a las mismas circunscriptas a su propia esfera de acción, como si su actividad se hubiese desarrollado en el vacío y no dentro de un clima social, político y económico determinado. Es evidente sin embargo, que el accionar de los hombres es el producto de sus condiciones personales y de las situaciones históricas en las que les toca vivir. Por eso tal vez sea importante mencionar algunos aspectos sobre el contexto histórico en el que se desenvolvió la existencia de Francisco P. Moreno, y así obtener una visión más completa de la fuerza de su personalidad y de la magnitud de su obra. La vida de Moreno se extendió dentro de un lapso de la historia de nuestro país que constituye una época destacada en la evolución de la sociedad argentina. Epoca que ha sido llamada de la Organización Nacional. El 3 de febrero de 1852, año del nacimiento de Moreno, se producía la batalla de Caseros. Con ella concluían 17 años de gobierno de Juan Manuel de Rosas, en los cuales, sobre la base del Pacto Federal de 1831, se había logrado estabilizar los componentes de la Confederación Argentina en un punto de equilibrio que determinó el reconocimiento de su soberanía política por parte de las grandes potencias de la época. Se había concluido una etapa histórica y federales y unitarios confluían en la necesidad de comenzar otra.