Estas notas prometen una mirada, un recorte sobre un panorama que asomó potente en la década del setenta y se fue diluyendo junto con el final de la modernidad y el comienzo de la globalización a partir 1989, abriendo la puerta con admiración obediente a todo modelo de los países centrales, presentándose hoy fragmentado, multifacético y por eso, más desafiante y perturbador. A riesgo cierto de ser esquemáticos podemos plantear que, desde el punto de vista de la actitud cultural / intelectual desde donde se produce el proyecto de arquitectura, hay dos escenarios extremos:
• uno: desde lo universal, abstracto, ilimitado, indeterminado, neutro considerado desde las dimensiones universales y generales de la clasificación de los problemas y las soluciones.
• otro: desde lo particular, concreto, limitado, determinado por las dimensiones de los problemas locales y los puntos singulares.
En este escenario, se desarrollan actuaciones sobre paradigmas diversos en los que es dificultoso detectar, en el fuego cruzado de influencias, urgencias, vanidades, operaciones culturales y de prensa; como se produce el juego de construcción, crecimiento, agotamiento y reemplazo de los sustentos de producción arquitectónica.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)