Hoy sabemos que el planeta, la población y los recursos tienen límites, y que los abusos y errores tecnológicos producen desastres irrecuperables a los delicados equilibrios de la vida. Es responsabilidad y tarea de todos, y entre ellos, los arquitectos están especialmente convocados para repensar nuevos modos de ocupación del espacio -en todas las escalas- y permitir ensayar otras formas de vida, ayudando a gestar nuevos valores. Y desde allí la arquitectura.