La obra es el resultado del trabajo de un equipo de arquitectos nacionales y surge de un Concurso público de Anteproyectos, cuyo resultado se conoció hacia mediados de 1993.
La convocatoria fue realizada por la Comisión Ejecutiva del Memorial al Holocausto del Pueblo Judío, Comisión integrada en forma honoraria por personas de la colectividad judía del Uruguay. La iniciativa contó además con el apoyo del Gobierno Nacional y de la Intendencia Municipal de Montevideo que cedió el predio en el cual se implanta.