La solución adoptada y el partido empleado por los arquitectos se vincula, según lo expuesto, al concepto que Moreno había madurado en torno al ente “museo”. Este puede resumirse así: Moreno deseaba, en primer término, la creación de un museo de exhibición, organizado a la manera de una galería continua de exposición que expresara la idea de anillo biológico y cuyo objetivo básico fuese atraer el interés del visitante, despertando su curiosidad. Pero Moreno aspiraba, además, a que esa creación fuese un museo de estudio, con colecciones de gran valor científico y con amplias posibilidades de apoyar a los investigadores. Por ello el programa se completaba con otros elementos: una amplia biblioteca, una gran sala para artes plásticas, laboratorios, talleres, depósitos, así como servicios de carpintería, herrería, taxidermia y modelaje, imprenta, litografía y fototipia, etc., del mismo modo que una vivienda para el director y locales para la administración.