La obesidad y otras enfermedades relacionadas como la arteriosclerosis y afecciones cardiovasculares, por una parte y la bulimia y anorexia, por otra, son temas de candente actualidad, tanto desde el punto de vista científico como social. El término adelgazar se define en la bibliografía médica como la pérdida de peso por causas naturales con eliminación, primero de agua y luego de grasa. En el pasado el concepto de salud era sinónimo de gordura; hoy en días se considera la obesidad como una enfermedad no sólo fisiológica sino también cultural, social, sexual y estética. La presión social generada alrededor de este concepto ha incrementado la elaboración y comercialización de una gran cantidad de “productos naturales” de consumo masivo, entre los cuales se encuentran los tés adelgazantes. La tendencia de los últimos años hacia la revalorización de los recursos vegetales, se ha orientado especialmente en dirección al consumo de estos productos, ya sea en medicina, con el surgimiento de terapias alternativas como la Homeopatía, Fitoterapia, Aromoterapia, que se nutren de la valiosa información que proporciona la Medicina Tradicional, y al mismo tiempo en el área de la alimentación y aún de la cosmética. En este contexto, “los productos naturales” son concebidos por la población como recursos terapéuticos que pueden ser consumidos libremente sin causar daño. Debe tenerse en cuenta que el suministro incontrolado de hierbas inadecuadas o tóxicas, puede producir los mismos efectos nocivos que el uso indiscriminado de medicamentos sintéticos.