A partir de ciertos anfibios primitivos, los reptiles lograron, hace millones de años, independizarse del agua para su reprodución. Con el desarrollo de un huevo rico en sustancias alimenticias, y recubierto por una cáscara que protege al embrión de las fluctuaciones térmicas e higroscópicas del medio, mientras flota en un nuevo y pequeño ambiente líquido, los reptiles lograron colonizar zonas hasta entonces despobladas de vertebrados, propagándose rápidamente por la mayor parte del planeta. La mayoría de los reptiles actuales son ovíparos: se reproducen por medio de huevos, que generalmente son abandonados por sus padres. El desarrollo embrionario continúa bajo las condiciones físicas impuestas por las cualidades del lugar. Excepto en unas pocas especies, no existe ningún tipo de cuidado de los huevos ni de las crías. Sin duda alguna el huevo es el estadio más vulnerable en todo su ciclo de vida.