El maíz es uno de los cereales más utilizados a nivel mundial debido entre otras cosas, a que posee una gran diversidad de usos. Si bien la mayor parte de la producción mundial se destina a alimentación animal, existen otras utilizaciones de este cereal ya sea en alimentación humana como en productos no alimenticios. Polenta, copos de desayuno, harina de maíz, bebidas alcohólicas y no alcohólicas, golosinas, endulzantes, entre otros, son algunos de los usos alimenticios derivados del maíz. También se emplea este grano para la producción de bioetanol, fabricación de pinturas y disolventes, farmacia, productos cosméticos, polímeros biodegradables, entre otros. El procesamiento que se hace al grano de maíz cuando llega a la industria depende del destino que se le dará al producto. Los principales procesamientos son: i) molienda húmeda, ii) molienda seca, iii) obtención de aceite del germen extraído en ambas moliendas y iv) producción de bioetanol. Las industrias que realizan esos procesamientos demandan granos con determinadas características que son las que maximizan los rendimientos industriales y la calidad del producto obtenido.