Los antecedentes más antiguos sobre la agricultura y la ganadería de Inglaterra, se los encuentran en el Domesday Book, un gran libro preparado por los Normandos, en base a una disposición del Rey Guillermo el Conquistador, en el año 1085. Su objetivo fue conocer el estado de la economía del campo, especialmente en lo referente a: superficie de los fundos de cada agricultor, así como los cultivos agrícolas y especies de ganado en cada uno de ellos, cuantos arados tenían, cuantos obreros y esclavos trabajaban en él, superficie de bosques y otros datos, para poder administrar el reino con justicia y eficiencia. El relevamiento de 13.418 predios, se hizo en poco más de ocho meses.
Sin embargo, la producción por unidad de superficie, aumentaba muy poco, hasta la aparición de los cereales y la comprobación práctica del efecto positivo de la adición a los suelos, de los excrementos de ovinos, bovinos, equinos y otros animales, lo que a su vez los llevó a incrementar las pasturas para la alimentación de ellos y poder disponer de mayor cantidad de abono.
Alrededor de 100 años después, aparecieron los primeros libros, que contenían conceptos con base científica.