Los actuales grupos kuna son descendientes de las primeras tribus que habitaron el continente y fueron replegándose hacia la costa por la presión colonizadora, cuyo núcleo de acción era la ciudad de Panamá. Hoy, empujados por la “civilización”, resguardan su identidad en las islas del archipiélago de San Blas, para cercar con el mar un espacio donde preservar su idioma, costumbres tradicionales y creencias ancestrales. A pesar de las grandes transformaciones socioculturales que los contactos traen aparejados, practican un intercambio selectivo con una lenta incorporación de elementos foráneos, en el que han aprendido a dar y recibir sin dañar el sentimiento de pertenencia al grupo, que expresan en un modo de vida particular e imprimen en la elaboración de elementos artesanales.