Existe consenso en cuanto a que la "cuestión de los desperdicios" se ha constituido en una encrucijada insoslayable para nuestra civilización. Esta situación se constata incluso desde el espacio extraterrestre, donde se divisa, además de la Gran Muralla China, otra obra cultural: el vertedero de basura de Nueva York (Fresh Kills), donde se depositan aproximadamente 24.000 toneladas diarias de desperdicios. Esta masa constituye solo la "punta del témpano", dado que la generación de desperdicios per cápita (ppc) tiende a incrementarse paralelamente con el ya acusado crecimiento demográfico.