Una de las actividades que realizamos constantemente de manera mecánica, sin detenernos a pensar sobre ello, es la de clasificar los objetos que nos rodean. Una clasificación se define como el agrupamiento de objetos en clases sobre la base de los atributos que poseen en común y/o sus relaciones. Son numerosas las clasificaciones que manejamos para ordenar nuestro universo familiar, como por ejemplo la guía telefónica, que es un índice en el que los propietarios de teléfonos se hallan ordenados alfabéticamente, lo que nos permite ubicar rápidamente el número de una persona porque es un criterio fácil de aplicar y ampliamente utilizado.