El debate en torno a qué caminos seguir para acercar el Derecho a la ciudadanía puede generar numerosos interrogantes. Uno de ellos está dado por el hecho de que varias de las medidas que pueden facilitarlo —como el juicio por jurados— suponen un necesario contacto entre juristas y ciudadanos sin formación técnica en Derecho y obligan a analizar las dificultades de comunicación que podrían llegar a generarse. Este artículo pretende tomar dicho dato como punto de partida para analizar, de un modo que excede el ámbito estricto del juicio por jurados, los problemas que genera el uso de un lenguaje excesivamente técnico por parte de los juristas, las causas a las que esto podría obedecer y, adicionalmente, explorar cuáles serían las vías apropiadas para poder solucionar dicha problemática. Su superación, en caso de lograrse, significaría acortar una de las tantas manifestaciones que hoy asume la brecha que separa al Derecho de la sociedad.