Este libro se ubica claramente en el campo de la Filosofía de la Educación y consta de diez capítulos que pueden ser leídos con relativa independencia como ensayos separados.
En la presentación de sus puntos de partida, el autor se propone seguir una estrategia que se concentrará sobre textos y no sobre autores, anuncia que no le va a conceder atención a la complejidad de las obras de las que proceden estos textos, sino que va a dejar “hablar” a los textos mismos buscando cierta “lectura”. Éste y otros indicios preparan al lector para encontrarse con una posición de tono relativista de aquellas que aportan un punto de vista, entre otros, al que debería considerárselo por su estilo, osadía u originalidad.