Mediante el método etnográfico, la investigación explora las características de las mascaradas y cimarronas costarricenses, entendiéndolas como forma artística. En el primer capítulo de la tesis, ayudada por el pensamiento de algunos autores latinoamericanos, la autora defiende el carácter artístico popular, performático público y participativo de esta práctica. En la segunda sección se presenta el análisis de las observaciones de campo, las cuales se realizaron durante las festividades de bienvenida del nuevo sacerdote del pueblo de San Antonio de Escazú, en enero del 2015. En el tercer capítulo se estudian dos dimensiones del arte, el tiempo y el espacio, y cómo estas son metaforizadas en el arte de los cabezazos. En la última sección de la tesis, la autora investiga la conexión entre el concepto de identidad nacional y dicha tradición artística, lúdica y musical, echando mano de ciertos estudios provenientes del paradigma de la cognición corporeizada, los cuales aportan explicaciones sobre el hecho de que una comunidad utilice la música, el juego y la danza para contenerse a sí misma, practicar su capacidad de socialización y asegurar la identificación de sus individuos con el grupo, lo cual constituye una importantísima función para mejorar la convivencia y el sentido de unidad entre los seres humanos.