De él se ha dicho que es el mayor poeta contemporáneo con vida de la Argentina pero sentado, frente a mí, apenas parece un viejo militante setentitsta al que, por cierto, no se le han extinguido ni las mañas ni, mucho menos, las pasiones. Es que, como su poesía, Gelman, de 72 años, habla con simpleza y sin rodeos. Quizá por vicio profesional, elige con cuidado cada una de sus palabras y antes de afirmar algo sobre lo que no está seguro prefiere dejar planteado un interrogante. De México, donde reside desde 1988, llegó exclusivamente para recibir el premio Rodolfo Walsh, otorgado por la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, por su trayectoria periodística, una actividad que lo ocupa, en forma ininterrumpida, desde hace 46 años.