Imaginemos que no existen el trigo, el maíz, la cebada, el centeno, la papa, el tomate, el arroz, la manzana, la naranja, el zapallo, la pimienta, el café, el algodón, el lino, los helechos, las rosas, los bosques de pinos, los árboles y las lianas de las selvas, los pastos de las praderas; en otras palabras, un mundo sin plantas vasculares. ¿Sobreviviría el hombre en esas circunstancias? La respuesta es: probablemente no. Pero, ¿cómo es que existen esas plantas?