Observador cauteloso, a veces intrusivo, analista, escriba, rastreador de evidencias, el antropólogo se enfrenta así a las grandes variaciones de la conducta humana para construir una perspectiva particular caracterizada por una ética del encuentro con otras identidades. La cultura material, motivo de estudio, es el producto de sus recolecciones de campo, que pasarán luego a formar parte de las colecciones antropológicas.