La vida y obra de Sarmiento, así como su personalidad, escapan a la clasificación y el encasillamiento factibles para la generalidad de los hombres. ¿Qué fue Sarmiento? ¿Periodista, escritor, educador, naturalista, político, diplomático, civilizador, militar, orador, estadista, sociólogo, parlamentario, gobernante? Según el escritor Eduardo Mallea “Sarmiento fue el hombre más indivisible del mundo. No se puede aislar en él nada. Todos los elementos de su organismo moral se ajustan armónicamente... y sólo los podemos aislar para estudiarlos, como hace el biólogo con la partícula de citoplasma.” Escribir sobre una vida tan intensa, prolongada a lo largo de casi ochenta años y coronada con obras ininterrumpidas, demandaría un trabajo titánico y un número extraordinario de páginas. Sarmiento nos ha eximido de esta tarea ya que, en los últimos años de su vida escribió su Autobiografía, condensada en unas pocas palabras, aunque monumental por su forma y contenido. Y si es difícil describir su vida, más aún, quizás, hacer un retrato fiel del hombre, caracterizado por tan diferentes personalidades: clarividente, orgulloso, contradictorio, ególatra, vehemente, impaciente, autoritario, iluminado, volcánico, tierno, apasionado, con destellos geniales, soberbio. Para ilustrar sobre este aspecto de Sarmiento -el Hombre-, incluimos dos notas brillantes de escritores argentinos: una de Leopoldo Lugones y la segunda de Ernesto Quesada, ambos singulares figuras de nuestra cultura.