Reynaldo De Santis ingresó en el Museo de La Plata a los once años de edad, el 23 de noviembre de 1934. La muerte prematura de su padre, Vicente, quien trabajara en esta casa al igual que su bisabuelo, anticipó su ingreso. Como una forma de paliar la pérdida y colaborar con la familia De Santis, el Museo recibe a Reynaldo, único hijo. Esta tradición se había constituido en una norma, donde el sentido de familia era más que una metáfora y se concretaba en acciones solidarias y el cumplimiento de un deber.