En la larga historia del diseño industrial, podemos encontrar múltiples expresiones que intentan definirlo. En general, estas definiciones no se contraponen sino que se complementan. En la mayoría de ellas aparece, con distintas interpretaciones, la tríada forma-funcióntecnología. En nuestra definición, nos parece importante mantener esta tríada con la siguiente interpretación.
Función. Para el diseño industrial la función no es el objetivo sino el comienzo. Partimos de la base de que todo objeto debe cumplir los requisitos funcionales para el destino que posee. La etapa de mejora, de cambio o de propuesta funcional es previa al proyecto y no es el único objetivo final.
Forma. Tampoco es la finalidad del diseño. La forma es una herramienta que utilizamos los diseñadores para decodificar propuestas conceptuales e intangibles y convertirlas en configuraciones visuales y materiales.
Con esta interface podemos generar relaciones semánticas y definir la viabilidad constructiva.
Tecnología. No es objetivo del diseño descubrir nuevos procesos productivos o nuevos materiales, estos se eligen o se elaboran previamente y se aplican durante el desarrollo del diseño, en la mejor relación costo-beneficio.