Año a año América Latina enfrenta viejos y nuevos desafíos, en función de los cuales deberá continuar avanzando y desarrollando estrategias para sobrellevar las dificultades que estos les imponen. En el Anuario anterior analizamos la situación de la región en vistas al reducido crecimiento económico que estaba afectando a la zona, producto de las repercusiones de la crisis económico-financiera internacional que no solo impactó en la reducción del producto de estos países, sino también en la continua disminución de la tasa de crecimiento. En este sentido, hicimos hincapié en los esfuerzos de nuestros países para continuar con la reducción de la pobreza y la marginalidad y la recuperación de ciertos sectores sociales que se vieron beneficiados gracias al impacto de políticas públicas de inclusión, que favorecieron la igualdad y por ende la distribución del escaso crecimiento en varios Estados. Estos desafíos –a nuestro juicio- se mantendrán en el tiempo, pues no solo dependen de factores externos, sino también internos y quizá sean éstos los más difíciles de abordar a futuro.