El artículo problematiza las distintas visiones sobre lo que debe ser la enseñanza en las carreras de medicina. Los autores sostienen que las escuelas de Medicina deben adecuar sus programas de estudio profundizando y complejizando el fenómeno de salud y enfermedad, analizándolo como un fenómeno social. Sin embargo, reconocen que la resistencia a dicho cambio es producto de fuerzas contrapuestas desiguales en el campo de la salud que se materializan en la distribución desigual de recursos entre materias y en las concepciones de salud dominantes que reproducen las prácticas formativas.A partir de estas ideas, el artículo expone una investigación realizada en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP, que los modelos dominantes permean las representaciones de los alumnos sobre el perfil profesional hacia un modelo biologicista y superespecializado. El aporte del trabajo de investigación que el artículo resalta, es que estas representaciones de los alumnos acerca de la profesión médica pueden modificarse implementando estrategias de trabajo en terreno, para ello se muestra información correspondiente a dos experiencias en terreno vinculando el conocimiento teórico con la práctica en escenarios reales.