La escultura en espacios abiertos, escultura en espacios exteriores, o escultura al aire libre, corno se la denomina en ocasiones, no es necesariamente escultura urbana o de propiedad y carácter público aunque, en numerosas ocasiones, desde la prehistoria hasta nuestros días, funciona en territorios o espacios comunitarios, comunales o públicos. Los espacios abiertos no son tampoco, necesariarnente, espacios públicos, abiertos a la libre circulación. Sin embargo, así se trate de escultura comunal, urbana, pública, pnvada o semipública en lo atinente a su origen, su propósito, su propiedad y su carácter, el hecho de funcionar a la intemperie y ser, por lo general. objeto de la mirada distante. a la vez que próxima de los usuarios, conduce desde un principio a los escultores de cualquier época, lugar y tendencia a considerar al paisaje, el sol, la lluvia y el viento, la temperatura y la humedad, al entorno inmediato o sitio y el entorno distante u horizonle lo construido y el contexto social, en fin al ambiente en su globalidad con sus tres aspectos superpuestos de naturaleza, sociedad y cultura, como factores o condiciones a integrar no sólo en la factura material de ta obra, sino también en la configuración, el color, el tamaño, el carácter, el peso y el emplazamiento de la misma. Estas consideraciones son pertinentes, tanto en el caso de tos trabajos diseñados para un sitio determinado como en el caso de la determinación posterior del sitio; instancias ambas, donde suelen complementarse bien o mal, con acuerdos y desacuerdos, los actores intervinientes en el proceso: los gestores del proyecto (comitentes, donantes, autoridades, la comunidad misma); arquitectos paisajistas, ingenieros y naturalmente escultores.