No cabe duda de que asistimos hoy a una nueva reformulación de dos series de conceptos que se han contrapuesto a lo largo de la historia de la filosofía y la ciencia de Occidente, presentes en la consigna de este Coloquio que congrega a los estudiosos de Latinoamérica. Se trata de nociones que remiten, por un lado, a las Ideas de orden, armonía. simetría, regularidades, así como (no antes del advenimiento ele la ciencia moderna) a leyes deterministas de la naluraleza de las que no escapa la acepción legalista. En la contraparte se consignan caos, desorden, irregularidades, indeterminación, azar, contingencia, infinitud. Lo primero se refiere a un universo dado que hay que explicar, voluntad advertida en el designio de Galileo que quiere leer en el libro abierto del universo, corno no menos en su intención explícita de convertirnos en dueños y señores de la naturaleza. En lo segundo, por el contrario, se trata de un universo procesual, in facendo, que sin organización predeterminada es capaz de renovaciones continuas en las que cunde lo imprevisible, el caos.