En una noche despejada pueden verse unas cinco estrellas fugaces en el lapso de una hora. Sin embargo, estos puntos de luz de rápido movimiento no son estrellas sino trozos de roca y metal incandescente. Cuando estos cuerpos se encuentran en el espacio exterior reciben el nombre de meteoroides. Atraídos por la gravedad de la Tierra penetran en la atmósfera a velocidades de entre 15 y 70 kilómetros por segundo, emitiendo un intenso brillo debido a las elevadas temperaturas originadas por la fricción.