Timbrómanos o maniotimbrómanos eran las palabras corrientes para distinguir a aquellas personas que tenían el hábito de coleccionar timbres o sellos postales. Un famoso y excéntrico timbrómano llamado Herpin, tal vez descontento por tal calificativo, acuñó la palabra Filatelia que deriva de dos términos griegos phylos (amigo, amante) y ateles (tasa, impuesto) para aludir al estudio de todo lo relacionado con el franqueo. Desde 1840, en que Rowland Hill creó la primera estampilla, se han editado alrededor de 500.000, a un ritmo actual de 10.000 nuevas por año. Entre sus muy diversos temas se abordan aspectos relacionados con la ciencia y la cultura de todos los países del mundo. Así, nuestro Museo y la paleontología argentina han sido aludidos en muchos sellos postales.