Desde hace tiempo en el ámbito académico se debate sobre la importancia que han cobrado las denominadas “potencias emergentes” en la escena internacional principalmente en las zonas periféricas a los centros de poder mundial como América Latina y África. En los últimos años dicha discusión puso mayor interés en el rol jugado por los BRICS en esas áreas del mundo que ocuparon un rol marginal en el orden de post guerra fría. A la par de dicho proceso han surgido dudas acerca si se está ante la presencia de una nueva forma de liderazgo (desde el Sur hacia el Sur) que rompe la dinámica Norte-Sur o si esta presencia, por ejemplo en el caso de China, esconde intenciones neocolonialistas o podría acarrear impactos negativos en términos de desarrollo humano y la consolidación de instituciones.