Con la finalización de la Guerra Fría innumerables amenazas a la seguridad internacional que hasta al momento se encontraban opacadas tomaron relevancia y visibilidad abriendo paulatinamente el camino hacia un proceso de ampliación y profundización de la noción de seguridad. El Crimen Organizado Transnacional corresponde con esta afirmación, ya que si bien comienza a ser reconocida como una problemática difusa a partir de la década del ochenta, no fue percibida como una amenaza al desarrollo, la democracia y la seguridad internacional hasta comienzos de la post-Guerra Fría.