En el marco de la emergencia del piqueterismo como modalidad de protesta social –que se inició con el primer corte de ruta en la ciudad de Cutral Có, Neuquén, en 1996– los modos de organización y de práctica de esta forma de protesta social han ido modificándose. El quiebre que marcó la crisis de 2001 y la Masacre de Avellaneda en el puente Pueyrredón reflejaron un cambio en la relación de estas fuerzas con las policiales, en una reconfiguración política y operativa hacia el interior de los movimientos sociales de protesta. Es en este escenario que surgió la pregunta de Lucía Corsiglia Mura por desandar los procesos de subjetivación de los jóvenes piqueteros –en un recorte etario de 15 a 29 años de edad– que integran los cordones de autodefensa, aquellos pibes con capucha y con palos en la mano que se paran frente a la policía con aspecto desafiante y combativo.