Poder abordar a los deportes desde una perspectiva que los comprenda como fenómenos socio-culturales y que invite a la investigación y a la reflexión –al incluir herramientas teórico-metodológicas de disciplinas, como la sociología, la antropología, la educación física y la comunicación– era, a fines del siglo pasado, motivo de deslegitimación académica-intelectual con el pretexto de la poca relevancia que presentaba su objeto de estudio. Si bien todavía persisten esos susurros de pasillo –desde la academia, pero, principalmente, desde el periodismo deportivo–, que tratan de desacreditar el trabajo realizado por distintos profesionales, este libro demuestra que el campo de la sociología del deporte ha logrado consolidarse y que posee intenciones de crecimiento.