El común de la gente sabe qué es un elefante. Si quisieran describirlo podrían hacer referencia a su gran tamaño, su característica trompa a la que usan como una verdadera mano, su pelo escaso y su piel gruesa, como todo paquidermo que se precie. Sin embargo, estas peculiares características no siempre fueron el atributo principal de los proboscídeos (el orden al que pertenecen los elefantes). En su historia evolutiva podemos ver que algunos eran muy pequeños, otros estaban cubiertos de largos pelos y lo más sorprendente, no todos tenían una trompa larga. Al pensar en elefantes, nuestra mente viaja por Africa o por Asia y pocos conocen que en el pasado hubo elefantes en casi todo el mundo, incluso en nuestras pampas.