La provincia de Buenos Aires en medio de las vicisitudes económicas que atraviesa conjuntamente con el resto de la Nación, no ha renunciado á sus fecundas iniciativas de todo género, que muy luego se han traducido en beneficios para todos sus habitantes, señalando al mismo tiempo á sus hermanas, el derrotero que deben seguir en el camino del progreso.
Entre el gran número de proyectos que tiene hoy entre manos y que por la magnitud de los trabajos que requieren revelan su gran importancia, figura el levantamiento del catastro, base firme sobre la cual podrán establecerse,- algún día, los impuestos equitativamente, y conocer desde luego la carga con que cada propietario debe concurrir para cubrir los gastos de la administración.
No entra en nuestro ánimo ocuparnos de este importante asunto, sino de uno de sus complementos más útiles é indispensables. Nos referimos á los mapas agronómicos, que son los que suministran los elementos de juicio más científicos y más sólidos para resolver el árduo problema de la valuación de las propiedades rurales, clasificando las tierras no del modo empírico y arbitrario y sujeto á tantas irregularidades como sabemos se cometen hoy, sino bajo bases racionales y equitativas para todos.
El objeto de estos mapas se vé, pues, que es bien definido y las ventajas positivas de que se llevaran á cabo interesan no solo al Estado, sino que también al contribuyente. Gobernantes y gobernados, todos deben estar igualmente interesados en que estos trabajos se realicen lo más pronto posible.
Vamos, pues, á entrar en materia indicando el objeto de estos mapas y el modo de cómo podrían confeccionarse.