La elección de una carrera universitaria representa una decisión de vida para todo estudiante. En general se trata de un proceso extenso y complejo con dudas e interrogantes a cada paso, donde el hecho de definir qué estudiar depende de la evaluación de un conjunto de variables o factores, tanto internos (aptitudes o gustos personales) como externos (entorno social, cultural, económico y familiar, o salida laboral). En muchos casos elegir una carrera como las de la disciplina Informática, con características de Ciencias Exactas y Tecnología, supone un camino de mucho esfuerzo para concluirla exitosamente. Entre otras razones, porque incluye una fuerte formación básica y experimental, y además por el vertiginoso avance de los conocimientos en el área que requieren una actualización permanente.
Sin embargo, la recompensa es alta ya que son carreras con fuerte salida laboral, y es destacable el reconocimiento que tienen en el mercado los alumnos de la Facultad (muchos de los cuales acceden a pasantías en empresas y/o a trabajos regulares mientras desarrollan sus estudios). Este hecho tiene aristas positivas, ya que los egresados rápidamente pueden insertarse en el mercado, pero al mismo tiempo puede atentar contra la tasa de graduación y prolongar la duración de la carrera.
Es necesario brindar al estudiante apoyo y acompañamiento en el ingreso (y aún previo a éste), en los primeros años para evitar la deserción temprana, en los años avanzados a fin de mitigar el alargamiento en el tiempo, y en el egreso que es el fin último del sistema universitario.